lunes, septiembre 11, 2006
Discurso íntegro de Felipe Calderón
Mensaje de Felipe Calderón, presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos, durante el evento "Unidos Somos México", celebrado en la Plaza de Toros México.
Gracias, amigas y amigos, gracias por estar nuevamente aquí, gracias porque llegamos a este día feliz.
La última vez que nos reunimos nos prometimos, nos comprometimos a ir juntos hasta la victoria y el pasado martes el Tribunal Electoral dictó la sentencia que reconoce nuestra victoria legítima el 2 de julio.
Primero que nada mi agradecimiento, mi reconocimiento a ustedes por todo su esfuerzo. Se decía que ni siquiera llegaríamos a la contienda, que aunque compitiéramos no había posibilidad de triunfo, y aquí estamos, no sólo entramos en la contienda, no sólo nos metimos de lleno en la pelea sino que ganamos la elección contra toda esperanza.
Sí se pudo y por eso mi felicitación y mi gratitud porque siempre creyeron ustedes en el triunfo, porque enfrentaron el desafío, porque soñaron, porque fueron casa por casa a explicar por qué nuestras propuestas son la mejor opción para México.
Felicidades a ustedes porque este triunfo es de ustedes, de todas y de todos ustedes.
No sólo celebramos la victoria, también celebramos la democracia, celebramos a los ciudadanos de carne y hueso que a pesar de las amenazas, a pesar de los chantajes participaron de manera decidida en la campaña electoral y fueron a votar pensando en un México mejor.
Dije al iniciar la campaña que ganaríamos porque nuestros adversarios representaban el pasado y nosotros teníamos bien puesta la mirada en el futuro y en muchos sentidos así fue, derrotamos al pasado que amenazaba y aun amaga con atrapar a México en el odio y en el rencor.
Hoy, amigos, ganó el futuro, un futuro de esperanza, de civilidad frente a un pasado de violencia, de violencia que ha sido siempre la larga noche en la historia de México.
Frente a ese pasado que desprecia la ley, frente a ese pasado que aborrece las instituciones, el México ganó, el México del futuro es, precisamente, el México de la ley, el México de las instituciones; frente al México del caos el 2 de julio ganó la democracia.
Frente a la fuerza de quienes apuestan a la violencia hoy ha ganado la fuerza de los pacíficos.
Con todo, el triunfo bien logrado es apenas el punto de partida y no la meta. Ahora debemos trabajar juntos, todos, con pasión y con fuerza para hacer realidad el sueño de construir un México mejor.
Terminado el proceso electoral, terminadas las elecciones, ha llegado la hora de trabajar unidos por México. Hoy el mandato de las urnas es el de la unidad en la pluralidad, el mandato de la ciudadanía es que nos pongamos juntos a trabajar, es unir a los mexicanos y sumar el esfuerzo de todos.
Gracias, amigas y amigos, gracias por estar nuevamente aquí, gracias porque llegamos a este día feliz.
La última vez que nos reunimos nos prometimos, nos comprometimos a ir juntos hasta la victoria y el pasado martes el Tribunal Electoral dictó la sentencia que reconoce nuestra victoria legítima el 2 de julio.
Primero que nada mi agradecimiento, mi reconocimiento a ustedes por todo su esfuerzo. Se decía que ni siquiera llegaríamos a la contienda, que aunque compitiéramos no había posibilidad de triunfo, y aquí estamos, no sólo entramos en la contienda, no sólo nos metimos de lleno en la pelea sino que ganamos la elección contra toda esperanza.
Sí se pudo y por eso mi felicitación y mi gratitud porque siempre creyeron ustedes en el triunfo, porque enfrentaron el desafío, porque soñaron, porque fueron casa por casa a explicar por qué nuestras propuestas son la mejor opción para México.
Felicidades a ustedes porque este triunfo es de ustedes, de todas y de todos ustedes.
No sólo celebramos la victoria, también celebramos la democracia, celebramos a los ciudadanos de carne y hueso que a pesar de las amenazas, a pesar de los chantajes participaron de manera decidida en la campaña electoral y fueron a votar pensando en un México mejor.
Dije al iniciar la campaña que ganaríamos porque nuestros adversarios representaban el pasado y nosotros teníamos bien puesta la mirada en el futuro y en muchos sentidos así fue, derrotamos al pasado que amenazaba y aun amaga con atrapar a México en el odio y en el rencor.
Hoy, amigos, ganó el futuro, un futuro de esperanza, de civilidad frente a un pasado de violencia, de violencia que ha sido siempre la larga noche en la historia de México.
Frente a ese pasado que desprecia la ley, frente a ese pasado que aborrece las instituciones, el México ganó, el México del futuro es, precisamente, el México de la ley, el México de las instituciones; frente al México del caos el 2 de julio ganó la democracia.
Frente a la fuerza de quienes apuestan a la violencia hoy ha ganado la fuerza de los pacíficos.
Con todo, el triunfo bien logrado es apenas el punto de partida y no la meta. Ahora debemos trabajar juntos, todos, con pasión y con fuerza para hacer realidad el sueño de construir un México mejor.
Terminado el proceso electoral, terminadas las elecciones, ha llegado la hora de trabajar unidos por México. Hoy el mandato de las urnas es el de la unidad en la pluralidad, el mandato de la ciudadanía es que nos pongamos juntos a trabajar, es unir a los mexicanos y sumar el esfuerzo de todos.